Compartir esto es una necesidad moral, hacia ocho jovenes estudiantes, tres rescatistas y una incipiente estratega de defensa de animales. Unicos y exclusivos seres humanos implicados en el intento del rescate de cientos de animales que tuvieron que ser dejados atras por sus due~os, ante el movimiento de evacuacion de residentes, de las zonas aleda~as al siniestro de Cata~o.
Respondiendo a un llamado de adopcionmascotas.com reclute a dos de mis sobrinas para sumarse a los esfuerzos, convencida que seria una experiencia para ellas de concienciacion de la responsabilidad que tenemos todos, de tomar accion por las criaturas mas necesitadas. A penas 13 personas nos personamos para "sumar manos a la obra". No sabiamos exactamente que hariamos o como lo hariamos pero todos estabamos comprometidos a "hechar el resto" por los animales.
Quedamos divididos en dos grupos, uno para cada albergue de refugiados.Con unos cuantos kenels y collares de perros en nuestros carros, llegamos preparados para potegernos la piel en caso de lluvia acida pero no asi para la cadena de acontecimientos desafortunados que nos impidieron verdaderamente, ser una solucion real para las personas preocupadas por la suerte de sus animales. Alli sufrimos amargamente, la agonia de la falta de recursos. Multiples veces lucimos como grandes inutiles pues aunque vestidos de las mejores intenciones, no eramos mas que hijos de la improvisacion, ante este primer intento en la historia de este pais, de tomar alguna accion por los animales atrapados en medio de una emergencia.
Nuestro punto de partida fue la realizacion de "un censo" entre las personas para poder determinar cuantos y en que lugares se encontraban las mascotas dejadas a su suerte. La primera sorpresa fue descubrir una gran desconfianza entre las personas para aceptar la ayuda. Que habian personas angustiadas por sus ganzos, pericos, Cocatiels, love birds, gallinas y criaturas viviventes, para las cuales no existe la infraestructura que permita reubicarlas. Eso sin incluir a los caballos... Familias angustiadas porque no se les permitia salir del Coliseo de Guaynabo y sus mascotas estaban encerradas en las casas, ya sin comida. Que la situacion de animales abandonados en las calles de la zona, era sobrecogedora y desesperante. Eran tantos, que poco o nada podiamos hacer para ayudarlos. Mientras tanto, la ausencia de recursos, de estrategias y de apoyo que vivimos, hacian de nuestra estancia alli una experiencia de agonica frustracion, por que en la practica real fue imposible estar a la altura de las cirunstancias.
Durante toda la tarde y noche, con los mil tropiezos de descubrir las realidades insospechadas de una gestion nunca antes experimentada, mi grupo adscrito al refugio del pueblo de Cata~o, llevo a cabo el conteo de las personas interesadas en recibir asistencia para poner sus animales a salvo. Numero para nada representativo de la verdadera cantidad que estaba en necesidad de ayuda. El otro grupo en el Coliseo De Guaynabo, tambien hizo lo propio. No fue hasta pasadas las diez de la noche que un reducido grupo de mascotas que ya habiamos diligenciado en materia de papeleria, logro ser reubicado en el Albergue de Carolina.
Ya a las 11:00pm drenada, triste, apaleada por el panorama desolador que dejaba atras, escuche con incredulidad y creciente indignacion, como CNN reportaba los supuestos numeros de animales rescatados, incluyendo en ello no se cuantas aves! De donde se habian sacado aquello? Me asuste mucho porque la noticia creaba la falta espectativa de la ejecucion de un plan perfectamente orquestrado, que estaba redundando en el exito absouto. Se referian a "los grupos de rescatistas en Puerto Rico, trabajando la emergencia", como si se tratara de un ejercito! Ya para el final de la informacion, dijeron que los datos habian sido ofrecidos por el Colegio de Veterinarios de Puerto Rico, que dicho sea de paso no hicieron acto de presencia alli ni para portar una sombrilla. Mas tarde me enteraria, que los numeros "Disneylandicos" que se dieron como de animales que habian sido reubicados, no eran mas que la contabilidad final de nuestro censo.
Al siguiente dia, nuestro gobernador Luis Fortu~o, era cubierto por la prensa en el momento en que se le devolvia una perrita, a la nena de un refugio. Me parecio impresionante, el como la gesta de un grupito tan reducido como el que eramos, quedaba convertido en carta de representacion de gente que no tuvo nada que ver. Soy conciente de como los departamentos de relaciones publicas aprovechan la minima oportunidad para conquistar la simpatias de la comunidad en favor de sus clientes pero me parece indigno tomar ventaja del sacrificio y el esfuerzo relalizado por 13 puertorrique~os, que trabajamos en medio de inpensables adversidades, voluntariamente, en algo que a nadie parecia importarle, por puras conveniencias de imagen. No es justo y no es el mensaje que quiero llevarle a mis sobrinas ni a los otros seis jovenes que participaron en esto y que a fin de cuentas son la unica esperanza de cambio que tenemos.
No debemos tener la falsa impresion de que existe un protocolo que le va a garantizar a usted, la seguridad de sus animales en caso de una emergencia. Eso es falso. El primer y unico esfuerzo en esa direccion, acabamos de realizarlo personas privadas, con unos niveles de conciencia que duelen. Si vamos a mirar en detalle esta situacion, tendriamos que mencionar que luego de la tragedia de Katrina, el gobierno federal hizo enmiendas en la ley para garantizar la entrada de mascotas a los refugios, en situaciones de evacuacion por emergencias. En Puerto Rico ningun municipio cuenta con un plan de accion al respecto y por el contrario, lo primero que le instruyen a la gente, es que no pueden llegar a los refugios con animal alguno. Me pregunto como podemos aspirar a recibir los beneficios de FEMA, cuando parte de los acuerdos es contar con un protocolo de asistencia para los animales de los refugiados.
Gobiernos suben y bajan. Cambian los colores, los nombres y hasta el sexo de quienes nos gobiernan, pero lo que no cambia es la desjadez y el desinteres absoluto, por lo que a los animales en nuestro pais se refiere. Sr. gobernador, si usted quiere pararse con derecho a disfrutar del reconocimiento de las acciones en beneficio de los animales, sientese de buena fe a buscar soluciones. Haga la diferencia! Eso no se logra a traves de actos de relaciones publicas. Los modelos existen y no hay que reinventar la rueda, solo se precisa tener la buena voluntad de hacer algo al respecto. Piense en el mensaje que el saldo de esta experiencia deja en los ocho jovenes nuestros que llegaron alli deseosos de ayudar. Al Colegio de Veterinarios de Puerto Rico, les invito a meditar en lo impropio de erguirse como portavoz, de un movimiento en el que nada o muy poco tuvieron que ver. Decir que tenian veterinarios "on call" por si acaso los necesitabamos, no es involucrarse y no es hacer una diferencia.
A los que estuvimos en Cata~o y en Guaynabo trabajando contra la corriente, en favor de los animales, les digo que no se desanimen ante todo lo vivido. Hemos hecho historia! Componemos el primer movimiento de rescate de animales en peligro, bajo una situacion de emergencia en Puerto Rico. Abria tenido que ser el gobierno segun se lo exigen las leyes federales pero no, vivan complacidos de fuimos nosotros! Tenemos que sentirnos orgullosos de lo que logramos y de lo que descubrimos. Es un importante punto de partida. Que fuimos trece gatos quijotescos es cierto, pero la historia y los cambios se hacen con acciones. Tienen que existir personas comprometidas para iniciar los cambios. Felicitaciones!
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